sábado, 8 de mayo de 2010

Travesía

De alguna forma había que encontrarle el sentido a todo esto, a todo este viaje. Así que finalmente he decido viajar por Europa, conocer un poco más de este continente tan viejo, de estas personas a veces tan nuevas pero parecidas a tantas otras.

Si con los buses se acumularan puntos seguro que al final de esto podría canjear los kilometros por un viaje al Caribe con todo incluido. Pero lamentablemente no se acumula nada.

Hoy parto a viajar.

....

Dicen que las cosas malas vienen de a tres pero a mi últimamente me ha llovido sobre mojado... hoy tomé el taxi más caro (40 euros) pero mejor pagado de la historia. Si no llegaba rápido a la estación perdía el pasaje sin opción a reembolso.

Llevaba más de media hora espersando el Tram 12 que me llevaría rumbo a Amstelstation. Pero nunca llego. Decidí entonces tomar otro que pasaba cerca del lugar al cual me dirigía, el tiempo se me cababa y perdería el bus. El Tram 3a tampoco iba hacia allá. Hoy si quiere ir allá tiene que tomar el tren, me dijo el hombre que vendía los tickets.

Me baje ya desesperada y tomé un taxi. Por favor, lo más rápido posible a Amstelstation. Esta todo cerrado, me respondió... algo dijo sobre Italia pero no logré entender de qué me estaba hablando.

Al verme la cara finalmente me pidió el número de Eurolines para avisar lo que estaba pasando. No sé si esperen, le dijeron. Comencé a llorar y me preguntó si fumaba. Me dio un cigarro, me paso un cenicero y me alcanzó fuego mientras tomaba la autopista a 170 kilometros por hora. Yo mientras seguí sollozando y le contaba mi vida.

Finalmente lo logramos. Bajó conmigo e hicimos el chek-in. Recuerda que sólo tienes 21, me dijo. Disfruta mucho tu viaje.

Y acá estoy en el bus, escribiendo mientras siento vibrar el motor encendido por todas partes y espero a partir.

Viena, acá voy!

...

Como era de esperarse cuando a mi me llueve es con tormenta eléctrica incluída así que esto aún era muy poco. Apenas llegue a Viena y fuí al metro para venirme al Hostal, me di cuenta que me habían robado lo último de plata que me quedaba... posiblemente mientras dormí por la noche.

Se suponía que venían de a tres... yo ya perdí la cuenta.

1 comentario:

marce dijo...

Qué manera de llorar, hermosa! Te estás limpiando por dentro, eso es bueno. Gracias por permitirnos viajar con vos a través de estos relatos envolventes.

beso!

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