sábado, 29 de mayo de 2010

Preguntando llegué a Roma

Le pregunté a mi tía si iba a estar en su casa y si podía ir a verla. Le pregunté a Eurolines si tenían pasajes y a cuánto. Le pregunté a mi tía cómo llegar a su casa y me respondió que ella me iba a ir a buscar a la estación. Simplemente, casi, preguntando llegué acá.

Hoy casi ya no pregunto, sólo camino por pequeñas calles de adoquines bañados en aromas florales que a veces siento reconocer y otras, sólo dejo que me invadan la nariz y me revuelvan la cabeza, como si fueran los olores más sagrados que pudieran existir.

Hoy con mi tía fuimos al Foro y al Coliseo Romano... fue como estar en una película y ni siquiera ser parte de ella. Fue como estar alucinando con mil personas más al rededor. Fue como un sueño que no sabía que tenía pero que se hizo realidad cuando menos lo esperaba.

Roma es la primera ciudad distinta en Europa. La primera que veo y no me parece comparable con ninguna otra, con nada más. Roma ha sido como tanto que aún no sé qué escribir de ella. Mi cabeza gira, da vueltas, piensa cosas que se me van antes de pestañar... Roma me tiene embriagada.

Siempre dijiste que me gustaría ¿Lo mismo te paso a ti?

No hay comentarios:

Publicar un comentario