jueves, 13 de mayo de 2010

Auf Wiedersehen Wien!

Ya me voy y Viena llora. Llora como el otro día, o más, pero hoy lo hace por mí. Porque aunque quizás no quiera admitirlo, yo sé que me va a extrañar. Sé que extrañara que aplane sus calles día a día, que ilumine sus esquinas antiguas con mi flash, mientras el mapa que esta en mi mano hace que me pierda y ella, me vuelve a encontrar una y otra vez. Viena me echara más de menos a mi que yo a ella.

Me despido de ti dando vueltas en el metro. Mirando por última vez tus calles, tu Danubio con las gotas rebotando sobre él. Más oscuro y solo que cuando lo conocí. Hoy todo se ve más oscuro y solo, hasta el cielo, hasta tu gente.

Me voy sintiendo que hice todo lo que quería hacer, que vi todo lo que deseaba ver. Me voy con la satisfacción de haber tachado todo el mapa y pensando que por un buen tiempo, no habrá ni siquiera un motivo pendiente para volver.

Mientras siguen corriendo mil gotas por las ventanas de estos vagones antiguos, me voy feliz de irme y de haber venido. Pues pese a la relación de amor y odio que tuvimos cuando llegue, Viena me mostró algo que ningún otro país antes hizo.

Me voy sintiendo que por fin empieza la primavera, mi primavera...

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