miércoles, 4 de agosto de 2010

Belgrado

Llegue a la estación sin ningun plan. Ya había tomado tres trenes para llegar hasta aquí y simplemente, esperaba tomar otro en el momento para seguir mi camino, pero no. Tiene que esperar hasta las 21:15, me dijeron. Pero que hago en estas ocho horas, pensé...

Antes sentía que la mala suerte iba conmigo, pero parece que en algo ha ayudado hecharme agua bendita en todas las iglesias como siempre me dijo mi abuela. Todo fue cosa de preguntarle a alguien si estaba en la fila correcta o no y todo se dio.

Nombre: Matthieu; Edad: 26; Nacionalidad: Frances.
Y un francés bastante particular porque no se negaba a hablar en inglés, luego me invitó un Capuccino y me ofreció mostrarme la ciudad. Llevaba una semana acá en la casa de una amiga y justo partía hoy en la noche, casi a la misma hora que yo, a Viena.

Tomé café turco -yo que casi nunca tomo café-, compramos tickets, viajamos en bus, nos bajamos de él y una mujer empezó a hablarme en castellano y a recitar "verde que te quiero verde". Aprendí en la universidad cuando estudiaba economía, me contó. Además la hija, de la sobrina, de la nuera -fue imposible entenderla- estaba casada con un chileno. Pasamos a donde se quedaba a buscar su mochila y procedimos a ir a conocer la ciudad y de paso, dejamos nuestro cargamento en casa de otra amiga.

Belgrado es mucho más linda de lo que imagine. Sus iglesias son maravillosas y hay una en especial que en su interior la decoran delicados mosaicos. Todo un mundo, lleno de pequeñas piezas de colores que forman miles de historias.

El día termino en Beogradska Tvdava, un gran parque que alberga la fortaleza llamada Kalemegdan construida quién sabe cuándo, la cual posee el mejor mirador de la ciudad -inmensamente parecido al homónimo en Praga-.

Volvimos a buscar las mochilas, cruzamos una calle idéntica a Macul en Santiago. Sus colores, sus árboles, sus muchos negocios, todo me recordaba a ella. Llegamos al departamento y otro amable francés nos trajo a la estación ya que considero que yo era muy niña para hacer este viaje sola. The chilean baby, me dijo.

Fue un día redondo, lleno de cosas que no esperaba, que hubieran sido imposibles de imaginar. Pero encontré a Mateo y todo fue. Puede ser que la suerte este volviendo a mi.

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