miércoles, 14 de abril de 2010

Museums


Nunca vi un Matta tan bonito. Nunca ame tanto a Picasso. Nunca sentí que conocía tanto a Miró que podía reconocerlo en todos sus cuadros. Nunca sentí tanta soledad con un Dalí... nunca, hasta hoy.

Primera vez que no me importa la idea que se supone que uno no puedo sacar fotos en los museos (aunque sea sin flash) porque esta mal visto. Hoy camine con mi cámara colgada en mi mano de arriba a abajo, de lado a lado. Sin soltarla, sin dejar de enfocar, sin dejar de disfrutar. Aún así, pese a mi emoción y gocé, me tengo que declarar una cagada de mierda, como buena chilena que soy, porque me negué rotundamente a entrar a las dos únicas salas en las cuales había que pagar en el “Tate Moderm”, pero no importa.

No importa porque después Matisse me dijo que la exposición que estaba ahí no era muy buena en verdad, que no se comparaba a la sala donde él se encontraba, “Poetry and Dream”, porque lo otro era pura naturaleza muerta y fomedad. Y pensé en no creerle, pensé que de puro agrandado me decía eso, pero después cuando me equivoqué de baño y entre al de hombres y vi a Pollock ahí limpiando mientras me decía que me había confundido de lugar y terminaba la despedida con un: “No vuelvas a cometer un error así, sería como entrar a esas dos salas donde hay que pagar”. Luego de eso pensé que lo mejor era terminar el paseo ahí e irme a otro lado...

Y entre calle y calle mis pies me llevaron al “Imperail War Museum”... agotador. Increíble pero me quito hasta la última gota de energía. Fue demasiado para mi ver los daños que le causaba la guerra a los niños, como bombardeaban las casas, como se destruía todo. La etapa de la Primera guerra, entre guerras, la Segunda... judíos, campos de exterminio, maqueta de Auschwitz... too much. Así que después de que me dolían los ojos, veía gente sollozar a mi al rededor y había terminado la última sala del museo, decidí que era mucha guerra por hoy.

Por lo cual, termine mi recorrido de museos del día en la “National Gallery”, donde me di cuenta de lo poco esnob y chic que soy. Sinceramente me aburre de sobre manera ver cuadro tras cuadro del siglo X y algo, todos oscuros y con caras de gente poco feliz. Pero aún así, me empecine en buscar “algo distinto”, algo que realmente me erizara los pelos, pero por más que mire no lo encontré. Nada que me enamorara, nada que me hiciera sentir eso que buscaba, eso que me dio Matta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario