domingo, 28 de noviembre de 2010

"Próxima Estación Esperanza"

Llevaba semanas esperando el boleto. Haciendo el encargo, depositando la plata, mandando los datos. Me despertaba temprano sólo para esperar al cartero y el día que llego, ni siquiera fue capaz de avisarme. Cabrón. Por más que a mi me toco el timbre y fui yo quien le abrió, no pudo decir: hay carta. Simplemente dejo un ticket para que alguien pudiera hacer el retiro después en la sucursal más cercana.

Y todo vuelve a empezar. Los barcos, los trenes, las combinaciones, las esperas, hasta las ansias. La mochila deja de estar en el closet, la ropa que por fin había salido de la maleta a cajones –después de ocho meses- vuelve a ser (poco)cuidadosamente doblada y empaquetada.

Hay que programar los cursos que siempre pierden sus estructura, fijar los días que van variando, ver los lugares que mutan porque existen sitios a los que siempre quiero volver, por más que diga que ahí no llego.

El tiempo finalmente se fue volando. Todo paso tan rápido que recuerdo los momentos acumulados como años. No sé en qué instante o por qué decidí pescar mi mochila y empezar a viajar. No sé por qué lo seguí haciendo después de que me robaron la plata, después de que “perdieron” mi maleta. No sé por qué no desistí y asumí que lo más fácil y cómodo era quedarme fija en un solo lugar, así no tendría que volver a cambiar las maletas cada vez que alguien me pidiera, así podría descansar. Pero no.

No sé nada, sólo que todo empieza otra vez.

1 comentario:

marce dijo...

A rodar la vida!

besos

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