Ya ha pasado medio año y yo sigo acá. Dando vueltas, dejando de darlas. Haciendo de todo menos lo que tenía pensado hacer.
Un año en Berlín, me decía. Aprenderás alemán, buscarás un trabajo y seguirás esa vida planeada que tanto te gustaba. Pero no.
Recuerdo que la primera vez que vine a Europa tenía catorce años. Viajamos mi tía, mi primo y yo. Fuimos de un país en otro tomando trenes sin parar y yo me divertía, de vez en cuando, mirando a toda esa patota esparcida por los vagones. Hacían ruido en los pasillos, se paseaban de un lado a otro. Eran de todos partes. Los miraba y para mi era una realidad completamente ajena, por mi cabeza no pasaba ni la mínima opción de algún día hacer lo mismo.
Hoy, de una forma u otra, esa es mi realidad.
2 comentarios:
no puedo dejar de pensar en 12 monkeys, ¿habrá alguna niña mirandote a lo lejos?
ah?!!! jajajajajaja
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